LA
MALCASADA DEL PASTOR
El cencerro de la vaca
de mi agüela que esté en
gloria
traigo colgao al pescuezo
pa´ recordar su memoria.
Casóme mi madre
con un pícaro pastor,
no quiere que vaya a misa,
tampoco a la procesión,
que quiere que esté en casa
remendándole el calzón
y, después de remendado,
no lo quiere ya poner,
porque dice que lo tengo
muy malito de coser.
Avelín, avelán,
que ya no lo tengo
que remendar.
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